Había una vez una cartuchera mágica que abría la cremallera. Un día a la niña se le trabo. No era por que se había trabado si no por que la cartuchera no quería abrir más y la niña le echaba de todo, le echaba aceite y nada, entonces le tocó comprar otra. Esa cartuchera consiguió otro dueño al que quiso mucho.
lunes, 10 de septiembre de 2007
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